El (des) ánimo en tiempos del litio
¿Qué hacer cuándo la salud mental de una población está en riesgo? hay quienes dicen que añadir litio al agua potable podría ayudar. La salud mental es una de las principales preocupaciones actuales, pero ¿de qué tipo de salud se trata? El litio es una metáfora adecuada para pensar los malestares de nuestro tiempo y su abordaje: el vaivén entre la intensidad confundida con bienestar y la depresión sentida como fracaso. Además de la búsqueda de regulación anímica de manera maquinal, sin trabajo interior. Las investigaciones en salud mental avanzan, pero las cifras de trastornos no reflejan esos logros. La vida moderna, a pesar de la promesa tecnológica, paradójicamente, nos ha arrojado a un desamparo psicológico; volviéndonos incapaces de comprender qué nos pasa. Por eso vale la pena retomar viejas ideas. Como la de D. Winnicott, quien decía que la salud mental y social era ligeramente melancólica, porque implica aceptar cuotas de desengaño y de contradicción. Para ello es necesario recuperar la capacidad de hacer duelos, darle tiempo al pensamiento, y desde luego, tomar el riesgo de la ética como respuesta a la vida. Si aún esperamos algo más que una anestesia o un estimulante, quizá podamos pensar la salud mental como la recuperación de la poesía interna, algo así como encontrar un ritmo.