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Homenaje a Fabián España


 

El pasado mes de Junio el fotógrafo aysenino Fabián España desapareció del mundo. Tenía 40 años y nadie sabe qué le pasó. Dejó una obra seria y profunda, como la de quien ha vivido.


Fabián España nació en las anchuras de Aysén, en el sur de Chile. Ya a los 13 años hacía fotos. Su despertar adolescente se encauzó en el registro de su mundo y familia campesina, que se trasladó a vivir desde Cochrane a Coyhaique. Allí, a los 17 años, hizo fotos para un diario regional y luego fue corresponsal de El Mercurio y de La Tercera. A los 23 se fue a vivir a Santiago, y en la capital trabajó para distintos medios.


Fotógrafo autodidacta, siguió su propio instinto, sin influencias externas. Recién cuando llegó a Santiago se enteró un poco de lo que era la tradición de la fotografía chilena y mundial y conoció a autores que le interesaron, como Sergio Larraín. Influyó su ingreso al Instituto Alpes, donde despertó el interés de la directora Leonora Vicuña, quien lo postuló al Premio Rodrigo Rojas de Negri, que obtuvo a los 25 años.



Durante los últimos años, ya de vuelta en Aysén, se dedicaba sólo a su obra personal. No trabajaba con flash ni con iluminación artificial: se apegaba a la luz natural. Tampoco le preocupaba obedecer a los cánones técnicos. "No me importa si algo sale desenfocado, lo que me interesa es plasmar la emoción que una escena me produce", dijo una vez.


Pasó por la foto digital, pero terminó regresando a la foto análoga. "Con la digital tomaba demasiadas imágenes. El hecho de no disparar tantas fotos te hace estar más tranquilo, observar más la escena, el gesto, la luz y la huella", reflexionaba.


El proyecto fotográfico de Fabián le tomó prácticamente toda la vida. Sus imágenes buscaban profundizar sobre su propia historia, investigando a los primeros colonos que llegaron a la Patagonia, entre quienes estaban sus antepasados. "Recién me estoy dando cuenta de que la fotografía ha sido la manera que encontré de narrarme a mí mismo".


Su formato visual fue el libro, porque allí podía narrarse. También tuvo su propia editorial. Algunos de sus libros  “La balada de José y Valeria: Espacios Escondidos” (Editorial Ocho Libros 2010), “Secretos de Familia” (Editorial Ocho Libros 2011), “Desilusiones” (Editorial Ocho Libros 2014), “Regresiones” (Editorial Trapananda Ediciones 2016) y “Libro/Postal Colonos” (Editorial Trapananda Ediciones 2016).

  


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