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Foto del escritorAlvaro D. Campos

La dictadura de la belleza

"Justicia Facial" es una novela distópica del escritor británico Leslie Poley Hartley, publicada en 1960. La novela describe una sociedad postapocalíptica que ha buscado desterrar los privilegios y la envidia, hasta el punto de que a las personas se les cambia el rostro mediante cirugía para no parecer demasiado hermosas ni demasiado feas. Hartley describe tres tipos de mujeres, según el valor estético de su rostro:


-Las alfa, que eran las hermosas;

-Las beta, que eran las regulares;

-Las gamma, que eran las feas.


A su vez, dentro de cada plano existían subdivisiones; por ejemplo, en el plano gamma existía la «gamma plus» o tolerablemente fea y la «gamma minus» o extremadamente fea.

Pues bien, la mujer que poseía un rostro alfa plus (la belleza despampanante) tenía la obligación de transformar su rostro mediante la cirugía estética, para acceder a un beta artificial. Para eso existía un “Centro de Igualamiento Facial” (Equalization) Y lo mismo debía hacer la que tenía un rostro gamma minus (la espantosamente fea).


La protagonista, Jael, que poseía un rostro de belleza moderada (alpha minor) es envidiada por las otras mujeres. Intenta igualarse cortándose la cara, pero no basta. Después de un accidente Joel cae al hospital y los doctores aprovechan la ocasión de operar su rostro y transformarlo en beta artificial media. Al salir del hospital es felicitada por todos.


Este régimen igualitario era dirigido por un "darling dictador" una voz anónima preocupada que no hubiese ninguna diferencia entre sus miembros. Finalmente el dictador cae y deja ver su figura. Es una mujer vieja obsesionada con la belleza femenina que no posee.


El tema de la belleza de los rostros y su imposibilidad de igualarlos se aborda en diversos relatos de la historia, Aristófanes en "La asamblea de las mujeres", Charles Fourier en sus utopías sexuales igualitarias, en "Harrison Bergeron" de Kurt Vonnegut, que debió de leer a Hartley por lo parecido de sus tramas y especialmente en un perturbador episodio de La dimensión desconocida llamada "El ojo del observador". Allí una mujer espera vendada el resultado de una cirugía plástica para remediar su fealdad, es su undécimo tratamiento (el número máximo permitido legalmente) En un ambiente de alta tensión y penumbras, el personal médico va descubriendo poco a poco su rostro. El resultado muestra una belleza sublime, que sin embargo es rechazada con mucho escándalo por el personal. Nos damos cuenta que el mundo estaba poblado por seres horrendos, con cejas grandes, arrugas y rostros de cerdos. Esa era la norma de belleza. La mujer huye por los pasillos del hospital. Finalmente un hombre guapo, pero horrendo para la norma del Estado, sale a su encuentro y le pide que la siga al exilio, a una aldea donde podrá compartir con seres de su misma especie.


En una sociedad más justa se pueden igualar las oportunidades, blindar el mérito, combatir la desigualdad económica, incluso para esto se puede utilizar la fuerza ¿pero que hacer con las diferencias de belleza? Algo que nunca en la historia pudo ser resuelto sin llegar a situaciones verdaderamente perturbadoras. La igualdad coercitiva de la belleza. La dictadura perfecta.

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