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Un puñado de libros para pasar el invierno


FICCIÓN


Fat City, Leonard Gardner (Chai Editora)

Dos hombres se conocen en un gimnasio. Uno de ellos está retirándose del deporte; el otro, un joven de 18 años, espera convertirse en boxeador profesional. Escrita en 1969, Fat City es la única novela de Gardner. Escribió un par de cuentos, y ya. El texto está construido meticulosamente, con personajes duros, bien masculinos, y a la vez entrañables. “(…) un boxeador necesitaba a alguien capaz de creer en él”, escribe Gardner, y de eso se trata: de hombres que se acompañan en un mundo frío. Escribió Joan Didion: “Fat City me afectó más que cualquier otro libro de ficción que haya leído en mucho tiempo”. Si ella lo dijo…

Ellos (Secuencias del desasosiego) , Kay Dick (Fiordo)

Una distopía de la página 9 a la 113. Escondidos en una especie de burbuja en la que se creen más o menos a salvo, un grupo de artistas defiende la libertad de expresarse mientras “alguien” o “algo” intenta censurarlos, anularlos, desaparecerlos. Ellos se publicó en 1977 y puede leerse como spin off de otros libros del mismo género: Fahrenheit 451, 1984, Un mundo feliz, El cuento de la criada. Un texto hipnótico y poético, que utiliza la iteración como recurso opresivo y cargado de imágenes terroríficas que conviven con otras muy preciosas. “Si no tenemos la posibilidad de elegir, no tenemos nada”, dice uno de los personajes, y leemos ahí el eco del mayo francés, de la fe en la imaginación y la revolución.


Vos, Natalia Zito (Emecé)

Vos es una novela autobiográfica. La narradora es una mujer de mediana edad que está embarazada, tiene un hijo pequeño y un padre que se está muriendo. Escrito en segunda persona, el libro simula una especie de carta extensa que la hija le escribe sabiendo que nunca llegará a leerla. Zito alterna el presente y el pasado en un intento por revivir al padre, de estirarle la vida en la memoria. Un libro que explora lo dicho y lo no dicho, la incomodidad disimulada en las familias, los roles establecidos y el lado inconfesable de la maternidad.


V13. Crónica judicial, Emmanuel Carrère (Anagrama)

Una novela construida a partir de una serie de crónicas que el autor publicó en L´Obs a propósito de la cobertura del juicio por el atentado del 13 de noviembre de 2015, en la sala Bataclán, en París. Narrada en primera persona, Carrère recupera las voces de los testigos, los familiares de las víctimas, los abogados, los fiscales y un terrorista, el único que sobrevivió a la masacre. También investiga y analiza el contexto en el que se produjo el acto terrorista e intenta descubrir la dimensión humana y el aspecto teatral de un juicio impactante.


Lo que pasa de noche, Peter Cameron (Libros del Asteroide)

Un matrimonio llega a una ciudad helada con un propósito muy concreto: convertirse en padres. La mujer está muy enferma y el hombre está demasiado cansado, pero también empecinado en cumplir el deseo de ambos con tal de recuperar algo de alegría. En el hotel donde se hospedan, un tanto misterioso y algo abandonado, mientras esperan noticias del proceso de adopción, conocerán a un par de huéspedes, que, como ellos, buscan un poco de sosiego. Una novela por momentos surrealista que habla del poder de los sueños, de la fragilidad de las certezas y de los hilos ocultos que sostienen al amor de pareja.


Delfos, Clare Pollard (Caja Negra)

Una novela pandémica que hibrida el arte de la predicción con el relato mítico y la narrativa confesional. La protagonista es una profesora que vive en Londres con su marido y su hijo en edad escolar. Cuando el Covid-19 llega a la ciudad, su trabajo de investigación centrado en las profecías antiguas se cuela en el mundo de su cotidianidad: la maternidad, las tareas del hogar, el trabajo virtual, el encierro, el miedo al virus. Una novela sobre la ansiedad, la incertidumbre y la dificultad de las mujeres de lidiar con distintos roles en una misma vida.

NO FICCIÓN


El léxico del autor, Roland Barthes

Traducido por Alan Pauls, este volumen de Barthes puede leerse como la precuela de Roland Barthes por Roland Barthes. Es un libro que el semiólogo pensó en voz alta mientras dictaba sus clases en su célebre Seminario de la École pratique des hautes études de 1973 a 1974. Hipótesis, ideas en el aire y otras más estructuradas, dudas, lecturas. Todo eso va apareciendo con una voz en primera persona que se erige como autoridad y a la vez como practicante de una manera original de pensar el lenguaje.


El ruido de una época, Ariana Harwicz (Marciana)

Un libro-joyita que nació en Twitter. La autora de Trilogía de la pasión recopila tuits, apuntes y artículos publicados para analizar el ruido de la época en que vivimos. La cancelación, la autocensura, la utilización de las minorías como instrumento, las contradicciones del lenguaje, la defensa de la libertad de expresar lo antipopular, lo normativo. Estos son algunos de los temas que aparecen en este ensayo fragmentario que arranca con una frase digna de “una remera que diga”: “Escribir sin ofender a nadie es un oxímoron”.


La red de las redes, Esteban Ierardo (Ediciones Continente)

Siempre resulta estimulante leer a Ierardo. En su nuevo libro se mete en la frontera entre lo real y lo virtual, como dos rasgos indisociados del mundo en el que vivimos. A partir de la lectura de Zweig, Kibrick, Hegel, Hume, Borges, Heidegger y Bradbury, entre otros, el filósofo y escritor se adentra en una escritura mezcla de reflexión y relato para explicar y explicarse por qué nos refugiamos en las redes para escapar de la realidad y por qué la realidad empieza a erigirse, simultánea y paradójicamente, como un espacio donde se defiende la desconexión como antónimo de toxicidad.



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