Yo no fui
Hace un tiempo leí un libro sobre las misiones suicidas de los musulmanes radicales. No son personas locas o deprimidas. De hecho los eligen muy bien, descartando alguna patología de ese estilo. Ningún soldado del estado islámico, si sobrevive o lo atrapan en flagrancia, niega su atentado, es más lo exhibe con orgullo. Solo en el occidente burgués predomina el "yo no fui" del extremista. La razón es simple. Estos últimos no creen en la vida tras la muerte. Hay que aprovechar como sea. A los musulmanes los espera un paraíso lleno de mujeres y vinos. Al extremista del sistema burgués el absurdo de la nada.
En una conversación que se dio a mediados del siglo XIX, Blanc le dice a Herzen: “La vida es un gran deber social, el hombre debe constantemente sacrificarse por la sociedad.
—¿Por qué? —pregunta Herzen
—¿Cómo puede preguntar eso? Es claro que todo el propósito y toda la misión del hombre es el bienestar de la sociedad.
Herzen no se convence y replica un poco irónico:
"—¡Pero no lo alcanzaremos nunca si todos hacen sacrificios y nadie disfruta!."
El musulmán puede disfrutar después de la bomba. Tiene otra vida. El extremista sumido en la mentalidad burguesa no. De ahí que se justifique siempre ese constante "yo no fui". No es un nihilista ruso, vive como en el cuerpo de Darth Vader, a mitad de ser un humano y una máquina. Y la parte humana le exige un asado más con los amigos, un fin de semana con los hijos. Solo el "yo no fui" lo salva del precipicio de la nada.
Imaginen como reaccionaría un grupo de musulmanes radicales al ver que uno de su comando es liberado, y que declara al occidente burgués: "yo no he hecho nada, solo quiero disfrutar de mi familia y de la vida tranquila". ¡Cómo vas a disfrutar de este mundo indeseable negando la Yihad!
Pero veo avanzar poco a poco un movimiento nihilista local, ya no en el cuño marxista latino (que siempre goza un poquito del mundo) sino en la oscura ecología antihumanista. Estos van a empezar a hacer atentados sin miedo a perder el goce. Van a renegar del "yo no fui" (ya han empezado a hacerlo con orgullo) y exhibirán como musulmanes desatados el reconocimiento de su obra al mundo.
La única forma de generar escuela de una moral insurrecta en los niños es el autosacrificio. Los que disfrutan de este mundo no son ejemplos de nada.
Toda la genialidad de la serie del Unabomber se concentra en el momento en el que el policía convence a Theodore Kaczynski que el "yo no fui", para su obra de arte ideológica, es totalmente pernicioso y absurdo.