Úvula
¿Qué es lo visible y lo invisible al ojo humano? ¿Es posible conectar con lo que emana del microcosmos? ¿Podemos sentir y percibir aquellos seres que no vemos pero que están cerca nuestro? La instalación fotográfica Úvula, emanencias de suelo, de Emilia Duclos, intenta desplegar estas preguntas a través de experiencia que activa los sentidos utilizando texturas, imagen, poesía y sonido.
“Somos comunidad con seres que nos habitan hasta las células y hacemos pactos con ellos: son partes cautivas de nuestra piel, nuestros órganos y nuestro entorno. Juntos, hemos evolucionado. Vivimos y sobrevivimos en constante colaboración y crisis. ¿Dónde están? ¿Podemos percibir las inmanencias del microcosmos?”, escribe la artista.
El proyecto ficciona este universo invisible con códigos propios para conectar con emociones primitivas: “Estoy convencida de que toda reflexión entra primero por los sentidos: veo en la memoria sensorial una forma de activar preguntas en las personas”.
La exposición es fruto de un trabajo colaborativo con el Laboratorio de Biomateriales de Valdivia (Labva) que investigó y creó lienzos de bioplástico en base a almidón de papá; el taller Club de Estampa –colectivo experimental de estampado gráfico–, que aportó con técnicas de serigrafía (Mucha Taller) y la creación de tintas a base de plantas (Pandora Lab), y la creadora Mortaja Fetal, quien fue la encargada de diseñar la atmósfera lumínica en el espacio.
Úvula
Emilia Duclos
De la estrella que comimos
cuando los anfibios aún
no salíamos del mar
ni conocíamos el agua dulce
que de dulce tenía poco:
ya estaba ácida y clorada
como todo lo
sanitizado
satanizado
en este mundo
Nos cazaron
nos bañaron
mil veces para
arrancarnos
la piel viscosa
Quedamos
tan pulcras
tan pulidas
que no reconocíamos
nuestras caras
Solo dos puntos . .
una ranura __
un par de orificios
por donde entraba
lo que quedó de
polvo de estrellas
y carbón.